Erase que se era, un probo empleado de una empresa constructora que desarrollaba su labor en ella sin ningún tipo de problema. Pero este probo empleado, súbitamente se dio cuenta de que tenía aspiraciones políticas por lo que decidió medrar presentándose a las elecciones locales de su pueblo con el ansia de ocupar la Alcaldía.
Cuentan las crónicas, que primero hizo guiños a Unión Valenciana, o Unión Valenciana le hizo guiños a él, pero ¡oh Señor!, constató que era de izquierdas de toda la vida y se afilió al partido de los 100 años de honradez (pero ni un segundo más), el glorioso Partido Socialista Obrero Español de Pablo Iglesias y a la sazón de Felipe González.
Formó candidatura progresista y se presentó a las elecciones locales del año 1995, sin éxito, ya que quedó a bastante distancia del Partido Popular, aunque obteniendo acta de concejal, continuando durante esa legislatura trabajando en su empresa constructora.
Sin embargo en 1999 y después de formar una Agrupación Electoral llamada Gent d’Esquerres formada por socialistas, comunistas e independientes llegó al poder, éxito que nuevamente se repetiría en el año 2003.
Durante su gestión como Sheriff omnímodo durante esos ocho años y en lo que respecta a las relaciones con su ex empresa, en la que lógicamente estaba, se supone, en la situación de excedencia, o vaya usted a saber, vale la pena resaltar lo siguiente:
- Su temporalmente ex empresa constructora recibió la adjudicación de la mayor parte de las obras públicas del pueblo que el gobernaba;
- Algunas de esas obras que adjudicó a su ex empresa no eran por la mejor oferta económica;
- Prácticamente todas esas obras fueron objeto de importantes reformados que compensaron las bajas económicas y produjeron posteriormente notables beneficios;
- Existían unas bases de adjudicación en las que solo faltaba poner el nombre de la empresa adjudicataria. ¿Conocen el nombre verdad? Estas bases fueron denunciadas en varias ocasiones por la oposición, pero que si quieres arroz Catalina….,
- Más de un funcionario le comunicó la irregularidad de las bases de contratación, a lo que siempre contestaba: “Usted limítese a informar”, ¿es esto mentira? ¿o no?
Pero llegado el año 2007, midió muy mal sus fuerzas al haber dado por sentado que las elecciones de ese año las iba a ganar de calle. No pensó en la importancia de la marca PP y perdió, perdió las elecciones, por muy poco, pero se fue al garete, él y su heterogéneo y fantasmagórico grupo. El PP no solo enjugó la diferencia anterior sino que superó a Gent d’Esquerres.
Se hizo famosa su frase “¿pero de donde han sacado estos… esos 200 votos?” Le podemos contestar: señor ex Sheriff, de sus desaciertos y de su soberbia triunfalista que lo perdió.
Una vez perdidas las elecciones, y después de recibir sentencia en contra por parte de la Audiencia Provincial de Valencia (ya que había sido denunciado por el ínclito Joan García Perales (a) “el ex súper concejal”) dimitió como Concejal Portavoz del ectoplasma Gent d’Esquerres. Hay que constatar que posteriormente fue absuelto de la citada Peralada por el Tribunal Supremo.
¿Y qué pasó después? Volvió a una de las empresas del grupo de su ex empresa matriz, pero ya con cargo directivo. ¡Se lo merecía! Habían sido muchos los servicios prestados durante ocho años.
La conclusión de este escrito se resume en lo siguiente: ¿es ético o moral o decente o justo u honrado u honesto favorecer durante 8 años a una empresa en la que se trabajaba y volver a ella cuando no solo se pierden unas elecciones sino cuando se dimite de su cargo político? ¿No debía haber existido un periodo de “abstinencia” aunque solo hubiera sido para guardar las apariencias?
Últimamente la Fiscalía Provincial de Valencia archivó una denuncia que por presunto trato de favor a la empresa en la que trabaja le interpuso el Equipo de Gobierno municipal. El archivo era de esperar por razones obvias que no vale la pena mencionar. Pero el no haberse continuado las investigaciones no quiere decir que lo que este Sheriff hizo no fuera algo indigno. De todas formas el Sr. Fiscal deja abierta la posibilidad de ir por cauces judiciales sobre este particular.
Ya para finalizar, díganos, ¿Cuál es su formación académica? ¿Qué titulación tiene? ¿Dónde cursó sus Masters? Suponemos que como no es ni tonto ni panoli sabrá perfectamente porque le hacemos estas preguntas, ¡ah! Y no presuma de lo que no es, no intente en erigirse en paladín de la democracia ya que su conducta no es precisamente un dechado de ella y como censor ¡qué casualidad, censor! es usted un verdadero maestro.
Pues eso.