Que
el Partido Popular es en la actualidad el partido más importante de
España, no cabe la menor duda. Que le está tocando recomponer una
difícil situación económica fruto de la inacción del anterior
gobierno socialista, es evidente. Que como consecuencia de las
acciones de austeridad en el gasto emprendidas y que prometió no
emprender, ha conseguido un cabreo importante en gran parte de la
población, está muy claro. Todo esto se refleja en los últimos
sondeos electorales en los que se constata que su intención de voto
ha sufrido una baja importante.
Hasta
aquí, todo parece ser normal y entra dentro de lo que podemos
considerar como lógica política. Pero lo que carece de toda lógica
y además produce gran desazón no solo en la parroquia del PP sino
en toda la ciudadanía es que se produzcan dentro de las filas
populares presuntos casos de corrupción.
El
último de ellos y por cierto, parece ser de importancia, es el del
ex tesorero del PP Luis Bárcenas que según las investigaciones
mantenía cuentas en bancos suizos que llegaron a sumar la cantidad,
nada despreciable, de 22 millones de euros.
Bien,
esto no ha hecho más que empezar y ya veremos como se desarrolla a
lo largo del tiempo, pero lo que es innegable es que el Partido
Popular no puede ponerse de perfil, debe agarrar el toro por los
cuernos, investigar hasta las últimas consecuencias y como ha dicho
ya la ex Presidenta de la Comunidad de Madrid, CAIGA QUIEN CAIGA.
Debe
producirse una catarsis generalizada en el partido. No se puede
seguir infundiendo desánimo en las bases ni en aquellas personas,
que siendo cargos políticos del partido, muy honrados, ven con
desazón como estas cosas suceden.
A
la espera de la necesaria catarsis que tendrá que sufrir el PP, y
que pasa porque todos se conjuren en algo diferente a lo que nos
están ofreciendo para, al fin, obtener otro tipo de resultados, y
asumiendo que esa catarsis la deben abanderar no solo los altos
cargos políticos sino todos en general, sin esperar ayuda alguna
externa. El propio partido lo debe solucionar sin demora alguna y por
muy costoso que sea tomar las necesarias medidas que la sociedad está
reclamando.
Y
no vale aquí entrar en la consabida polémica con la oposición del
“y tú más” que no llevaría a ningún sitio. La oposición va a
hacer lo que las circunstancias le sirve en bandeja y que no quepa la
menor duda que va a morder fuerte y va a procurar no soltar el bocado
hasta que considere que ha hecho todo el daño posible. Por eso, no
se le deben suministrar más argumentos con innecesarios retardos y
aplazamientos de explicaciones que habrá que dar por muy dolorosas
que sean.
Esperamos
que por el bien de todo el PP y de la sociedad española en general
se actué no solo con prudencia sino con la contundencia que la
situación exige. Por otra parte, seguimos creyendo en el Partido Popular
y todo lo que de bueno tiene, razón por la que hay que extirpar de
una vez el mal de cuajo y así evitar una metástasis generalizada.